viernes, 8 de julio de 2011

Por una vez, súplica

Ayúdame a dormir
necesito
en días de silencio
la música del pecho ajeno, necesito
paz
no puedo siempre contener
cada inmenso mudo
cada instante estéril
cada solo nada
cada hueco habitante
de mi labio
de mi cara
de mí
del cielo que se arroja
cortando noche a noche lo que sucede
hasta la tierra del deseo
implacable.

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